Seamos sinceros, Perdidos se ha perdido. La brújula ya no funciona. Confunden el norte con el sur y el este con el oeste (si la Perestoika levantara la cabeza). Se han liado como un ovillo, como un calcetín que apesta después de sudor concentrado durante días. Lieber, Lindelof y Curse (evitaremos hacer chistes malos traduciendo su apellido) han resbalado sobre el suelo de la isla y se han pegado un batacazo monumental en plena crisma. Y la criatura ha pasado de ser el monumento más consistente de la época dorada de la televisión a convertirse en ruinas de un pasado lejano ya irrecuperable (¿les suena?). En definitiva, Perdidos es una tostada enfangada de mermelada caducada. La base es de una calidad incuestionable, pero todo lo que se ha ido solidificando sobre ella se caracteriza por una inconsistencia demencial. Nada tiene sentido en esta serie, ni siquiera la polvareda que sigue levantando un muerto en descomposición. ¿Les parecen duras las palabras? Más duro es ver caer a un producto que comenzó con tan buen pie. Pero vamos por partes, como Jack el Destripador.
Las aventuras de Jack y Cía comenzaron de la mejor forma posible. La primera temporada de Perdidos es una de las mejores creaciones de la nueva era televisiva. Un inicio espectacular; una trama cohesionada; un argumento misterioso y que te dejaba en vilo; y, sobre todo, unos personajes construidos al milímetro, llenos de detalles y contradicciones. Sin duda, y visto con perspectiva, ésta fue la gran baza de la serie y la que la ha hecho perdurar hasta hoy día, aun cuando sus tramas son insuficientes (por no decir algo más fuerte) y facilonas. La calidad de estos 25 primeros capítulos jamás regresó. No obstante, la segunda y (sobre todo) tercera temporadas siguieron deparándonos grandes momentos llenos de fuerza y magia. Se les empezaba a ver el plumero en cuanto a la cantidad de McGuffins inútiles y pésimamente construidos que poblaban la isla; afortunadamente, la construcción de personajes seguía siendo portentosa y los golpes de efecto muy eficientes. Además, nos brindó el más extraordinario final de temporada que se recuerda (para los que aún no los hayáis visto, ya estáis tardando en ver el capítulo final de su tercera temporada).
Para desgracia de todos, la serie acabó aquí. Sí, no nos engañemos. Ese plano del avión volando hacia la oscuridad que nos brindó el epílogo de la tercera temporada es el punto final de todo este mamotreto indigesto. Sus temporadas posteriores se han basado en la vacuidad absoluta. Ya ni siquiera el tío King (de cuyas novelas Lieber, Lindelof y Curse hacen expoliación manifiesta) nos puede convencer de lo contrario. Y mucho menos esa horda de frikis que engulle sin ton ni son todo lo que les echan, sin pararse a degustar nada. Tanto les da un entrecot de ternera que el cagarro de un mono.
Sí, sí, sé que algunos se estarán llevando las manos a la cabeza y considerarán que mi blasfema es imperdonable. Pero tenéis que comprenderlo. El que suscribe se ha pasado seis años de su vida expectante ante una resolución que a día que pasa se nos presenta como más y más facilona y superficial. Y no me vale con que la cuarta temporada nos haya dado episodios como “La constante” y la quinta “Vida y muerte de Jeremy Bentham”. Un par de capítulos no justifica una temporada y, mucho menos, el tiempo que hemos perdido. Pero aún no era suficiente escarmiento. A pesar de que cada capítulo era más decepcionante que el anterior, nos aferrábamos a la fe (como Locke otrora y Jack ahora), creyendo que su sexta temporada sería una explosión de luz y color. Nada más lejos de la realidad. A pesar de que en líneas generales el menú ha mejorado, los alimentos ya han caducado y el postre (nuestra tostada con mermelada) está en vías de descomposición.
¿Y por qué ocurre todo esto? Porque la serie ha perdido la capacidad de narrar, de contar con gracia y oficio. Todo es pura rutina. El “qué” es muy espectacular, pero el “cómo” es lamentable. Las cosas pasan porque tienen que pasar. Se revelan secretos cada diez minutos, pero no los apreciamos porque es todo tan aburrido y previsible que nos hemos quedado dormidos antes de que sucedan. Hoy día un capítulo de Bella Calamidades tiene más pegada que las aventuras de Jack. Todo se ha degradado tanto que ni tan siquiera unos capítulos finales extraordinarios pueden quitar el mal olor de estas heces. En el caso de que sean extraordinarios, algo con lo que un servidor no cuenta.
HERITO VÁZQUEZ
Esto dolerá a los 'freaks' de 'Perdidos', a los que en realidad comprendo; pero es que estoy TAN de acuerdo con su opinión que ni yo misma puedo creerlo: Me aferré a la serie porque, si realmente los creadores habían conseguido hilvanar una temporada tan HISTÓRICA como la Primera, pensé '¿Qué no podrán hacer?'.
ResponderEliminarPero, al final, como reza el dicho, 'piensa mal y acertarás'. Al igual que usted, creo que los guionistas se olvidaron de los personajes y, sobre todo, se olvidaron del ESPECTADOR.
Porque sí: es cierto que, cuando uno ha logrado algo sublime, muchos están dispuestos a perdonárselo todo; pero también es verdad que la serie, al final, es para quien la ve, la sigue, y se enamora de ella.
Y, en este caso, a todos nosotros nos han puesto los cuernos de forma reiterada y, con premeditación y alevosía, aun se han jactado de ello.
Una LÁSTIMA.
Bueno, habiendo leido la reseña,creo que se está exagerando todo un poco.Yo creo que para nada la serie ha caido tanto en calidad y resoluciones.
ResponderEliminarA ver, todos estamos de acuerdo en que la primera temporada es la mejor,es la base de la serie y el tratamiento de los personajes es magistral y te plantea todos los misterios
Pero bueno es normal en la mayoria de series
la primera temporada es la mejor.Considero muy fácil decir que cualqier tiempo pasado fue mejor.Yo creo que perdidos es una serie que ha sabido siempre innovar, a veces con más acierto o menos pero bueno,lo hicieron muy bien en la segunda o tercera temporada,sobretodo como se ha comentado en su majestuoso final.
Es cierto que a partir de la cuarta temporada la calidad puede haber bajado un poco,consiguiendo que esta y la quinta temporada sean más irregulares, pero de ahí´a decir que solo se salva un capítulo por temporada es bastante exagerado para mi.
Y la sexta temporada ha recuperado el buen pulso que tenia la serie y creo que van por buen camino en su final.
Que las respuestas que estan dando a los misterios están decepcionando?Pues es posible.
Pero es que a ver PERDIDOS es una serie de PERSONAJES,siempre lo ha sido y en ese aspecto pueden haber tenido algun bajón,pero en general siempre han sabido evolucionar,salvo excepciones que ya comentare en otro post.
Bueno, no me voy a hacer pesado, ya seguiré comentando,pero sólo decir que cualquier serie tiene bajones y Lost no iba a ser una excepción, sino seria una serie perfecta y ninguna lo es.
Quizás no se trata de exigir tanto y si de disfrutar más
SALUDOS
p.d: Muy bueno el dibujo de locke!